Combate de bloggers??? Office gana por k.o.

Desde que propuse los combates solamente una persona quiso hablar mal de The office y por motivos personales no puede escribir. Así que pensé en hacerlo yo mismo peeeeero, esta tarde estoy viendo (ahora mismo) el capítulo de la Navidad y los cambios de regalos del amigo invisible y me está encantando. Así que todas las malas impresiones que tuve de ella sería por verla a la una de la madrugada en la Sexta y a esa horas no soy persona. Además lo estoy viendo en castellano!! ni pensar que debe de ser en v.o.jeje
Así que os presento a Mauro y su monólogo sobre The Office, la verdad es que cualquier rival tenía la de perder con estos argumentos. Mauro, va por ti! (señal de megacolega con los dedos en uve dándome en el corazón)

Mauro dice:

Estoy contento con este combate porque de todos lo que me podían haber tocado, creo que The Office es lo más fácil de defender. Todavía no conozco a nadie al que no le guste esta serie, así que me muero de ganas de leer los argumentos de mi contrincante. He aquí los míos:

A principios de siglo (hace 8 años, aprox.), se dio lugar al comienzo de esta maravillosa era de la televisión que estamos viviendo. Los dramas pegaron un salto de calidad enorme con respecto a sus antecesores de los 90, pero las comedias tardaron un poco más en evolucionar. Hasta el final de sus días, Friends fue ama y señora de las risas en el sofá, imponiendo como fórmula ganadora los platós de 3 paredes, las risas enlatadas y los problemas semanales de un grupo de estereotipados amigos. Que los fans no se enfaden, no estoy intentando criticar a la serie, yo también soy fanático, pero hay que reconocer que el formato sit-com se estaba oxidando. Por suerte para nuestras glándulas del buen humor, en 2003(1) surgió una serie que ayudó a cambiar el modo de ver la comedia en Hollywood.

The Office revolucionó las comedias de televisión porque tomó un formato relativamente nuevo, el de la comedia de una cámara al hombro, y le dio 3 vueltas de tuerca, convirtiendo a los cámaras en un personaje más. Este formato nunca antes visto, a excepción de los documentales y las entrevistas de toda la vida, junto a unos guiones excelentes (que se empezaron a ver en su segunda temporada), maravillaron al público por su originalidad. Pero The Office no es sólo un formato.

Como nos gusta decir a Michael Scott y a mí, en Dunder-Mifflin lo importante son las personas. La serie no tiene ni un principio ni un fin, nos introducen a una oficina con un grupo de personajes de lo más ecléctico que ya tienen sus problemas y sus cosas en marcha. Nosotros, junto a los cámaras, nos metemos en sus vidas de un día para el otro y los vamos conociendo de a poco y de forma personal y directa. Cada personaje es una caricatura de las personas que te puedes encontrar normalmente en una oficina típica, pero no se limitan a ser un simple estereotipo, son profundos, tienen opinión y reaccionan de acuerdo a sus personalidades de forma a veces realista, a veces inesperada, pero siempre sacándote una sonrisa, por lo menos. En la variedad y el equilibrio reside la perfección del personal de Dunder-Mifflin Scranton, hay un amplio abanico de etnias, edades y simpatía que hace imposible que no te sientas identificado con algún personaje o que digas: "Yo conozco a una persona así."

El tercer pilar de la serie es, por supuesto, su definición de humor y sus guiones. Las principales risas de la serie vienen de la vergüenza ajena y el ridículo. Los guionistas, a través de Michael (Steve Carell en su salsa), son capaces de transformar lo que sería un día de trabajo común y corriente en una serie de sucesos disparatada y absurda. Cada personaje parece tener un tipo de chistes predefinidos, pero nunca llegan a cansar ya que los guionistas se las arreglan para mantenerlos frescos y originales a lo largo de las temporadas. Otro recurso muy utilizado, y que para mí aporta los mejores momentos de la serie, son las entrevistas en privado a los personajes (sobre todo cuando le hablan al entrevistador invisible) y las miradas a cámara.

En conclusión, The Office es la mejor comedia de los últimos años por su originalidad, por ser una increíble crítica y parodia al mundo de las oficinas, por la calidad de su cast y sus guiones, por la cantidad de momentos inolvidables que nos brinda y, por encima de todo, por haber dejado obsoletas a las sit-coms clásicas y haber sentado un nuevo estándar en la televisión. Junto a Arrested Development, My Name is Earl y 30 Rock, pusieron el listón muy alto y son el nuevo ejemplo a seguir si quieres que tu nueva comedia tenga éxito.

(1) Esto solo solo se aplica al lado oeste del Atlántico, ya que la serie es originaria del Reino Unido y tuvo dos cortísimas temporadas un par de años antes de la mano del genio Ricky Gervais.

Sunne dice: Vale, me acabo de enamorar de una serie.

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